Delfino se arma de valor y presenta a Gabino como el hijo que engendraron Deborah y Valente. Delfino confiesa sus razones para alejar a Gabino de Deborah, pero furioso desprecia a todos ellos como sus padres. Deborah sufre al recordar todas las veces que ha despreciado a Gabino por ser hijo de unos campesinos, esperando que pueda perdonarla algún día. Alejandro busca a Dionisio para que le explique la razón por la que él es el dueño actual de las tierras que pertenecían a su padre.