Déborah lo organiza todo para hacerle creer a la familia que está a punto de hacer algo de lo que podría arrepentirse. Déborah regresa al mismo río donde Alejandro perdió a su madre, decidida a poner fin al dolor que le ha causado el desprecio de todos. Alejandro descubre que todo fue una farsa de Déborah para manipularlo, y explota, dejándole claro que jamás volverá a caer en su juego. Sin quererlo, Victoria escucha una conversación entre Lucrecia y Alito, y queda paralizada al oír cómo ella confiesa que llevan tiempo siendo amantes a espaldas de Alejandro.